miércoles, 26 de agosto de 2009

Yebel Toubkal, el techo norteafricano











octubre 2007. La ascensión al Yebel Toubkal discurre por una senda cuyas únicas dificultades son la fuerte pendiente y la falta de oxígeno. Vamos ganando altitud y de vez en cuando volvemos la vista para contemplar la belleza de este valle. Nos alojamos en Imlil, una coqueta aldea alejada del bullicio de la urbe de Marraquech, a menos de una hora de distancia. Merece la pena dejarse caer por este rincón del Atlas en la que parece haberse detenido el tiempo. Las rutas de senderismo permiten al viajero conocer pueblos de montaña muy similares a los del interior peninsular.

No hay comentarios:

Publicar un comentario