martes, 25 de agosto de 2009

Sahara de dunas y grava.


octubre 2007. Una hora a paso de camello-dromedario separa la carretera de las primeras dunas del Sahara, donde nos espera una noche bajo el impoluto cielo de Erg Chebbi. El trayecto en furgoneta ha discurrido por un paisaje marciano interrumpido muy de cuando en vez por pequeñas poblaciones mimetizadas. Al atardecer, las dunas teñidas de naranja se van apagando en el silencio. Compartimos campamento de haimas, petas, risas, historias y música con otros extranjeros y un afable grupo de jóvenes bereber que gestiona el campamento y cuida de los animales. Dos KTM´s enchufadas nos recuerdan lo cerca que está el fin de la caravanas a Tombuctu. Nos acostamos pronto para ver amanecer sobre el desierto, insignificantes sobre esa gran duna de más de 100 metros que avanza al son del viento.

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